El éxito obtenido en las Bolsas de Militaria se debe principalmente al público que acude a las mismas y que abonando el importe de la entrada-donativo hace posible sufragar los grandes gastos que acarrea el alquiler de los salones, las mesas, sillas y demás mobiliario, el transporte de los vehículos militares de época en góndolas y transportes especializados, los gastos de manutención de alguno de los Grupos de Reconstrucción Histórica que se desplazan desde los lugares más recónditos de la geografía nacional o la pequeña ayuda económica que se da en concepto de retribución a los voluntarios que se encargan de la descarga del material, la seguridad, el acceso de puertas, la taquilla... Sin este fiel público que cada seis meses nos acompaña puntualmente no tendríamos razón de ser, por lo que es muy impostante cuidarlo y que año tras año aumente de manera exponencial, por lo que la mayor colaboración posible por parte de todos nosotros es hacer la máxima publicidad posible, siendo el boca a boca entre amigos, familiares, vecinos, compañeros de trabajo... la mejor propuesta para hacer  que nuestra gran afición se gane el respeto y el puesto que se merece en nuestra sociedad moderna, y que no tenga nada que envidiar de nuestros vecinos europeos. Gracias a todos por vuestra fidelidad, lealtad y amistad.